sábado, 29 de noviembre de 2025

Primogénito

 


         Despierta. Despierta, gemía el hurón. Entrégale, alacrán, tu veneno. Abre los ojos, huye, su aliento se acerca, la muerte te rodea. Óxido, hierro, melaza. Solo entonces la cabeza, sibilante entre las hierbas, por el brezo arañada, rodó incansable hacia las aguas con los hermanos a su procura.


         Lacio en vida, ahora su cabello es refugio y sacra raíz. Ondinas ávidas acechan el paso de las nutrias.

     Apenas alguna vez, atraída por salmodias de antiguos juegos infantiles, la sangre desborda el cuello del lago.
 

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