sábado, 23 de abril de 2011

Linaje de las hojas

                                                                Do come to Dunsinane"
                                                                                                                                           Macbeth
                                                                          

          
El exilio ha sosegado nuestro talante.
Descalzos abandonamos el día,
temerosos de pisar su limpio rostro.


"Partirás”, musitó la noche,
cuando el bosque y la ribera  se confundan”.
Nadie supo
si las invasiones
al ritmo del oleaje acompasadas
silentes quimeras traerían, ávida gorgona
o cenicienta hueste.
El ojo y la sien desgracia latían.
Inconscientes,
ignorando a nuestra espalda los susurros
de las ménades por septiembre conjuradas,
tras las dunas leíamos efímeros sortilegios,
contemplábamos insomnes
la huella creciente del salitre sobre la arena.
Entre los robles,
sigiloso,
el presagiado enemigo danzaba con el viento.


Remoto dormita el estío.
Mecidos por la marea,
apenas si recordamos
aquellas sombras
que otoño
arruga en nuestras casas.




sábado, 2 de abril de 2011

Sobre narvales y sirenas





            Se acercan, con la claridad, las avestruces.
Ocultan
su cabeza
entre la espuma de un mar indiferente,
bajo cuyas ondas
en sinuosas salmodias rehenes
del ámbar y la memoria
los pasadizos otean. Quizá,
si por un momento
tornaran su rostro hacia la orilla,
percibir podrían
la ronda vigilante de las orcas,
cierto dulce aroma cabe las algas muertas,
el alborozo de las gaviotas
a orgías de carroña entregadas.
Mas del tiempo los estragos
hace tiempo abandonaron.


En verdad, si alguna mañana su ritual ignoraran,
limpia de sal la mirada,
al sortilegio de la armonía inmunes,
estas aves desmembradas podrían,
con sus inexistentes manos,
acariciar
su cabellera inexistente, y decirse, casi ensimismadas,
pensativamente: qué burda existencia ésta, qué triste vida.


Parecen, no obstante, poco afectas a la reflexión.
Incapaz de imaginar sus noches,
me pregunto si sentirán pena de mis pupilas insomnes.