Yo, que como la muerte he sido expulsado del corazón de los hombres, como la muerte retorno a ellos bajo la piadosa forma de un augurio.
viernes, 21 de noviembre de 2025
F G
sábado, 15 de noviembre de 2025
Sesgos
Si toda carne es como hierba
si agua y hielo naturaleza comparten
uno y lo mismo son carne, hierba, el café
matinal, la sombra del castaño,
tus vagas reflexiones,
temores, neutrinos, medusas,
la sombra del castaño, aquella cigüeña
que desde el tren viste recortarse contra los cielos,
la sombra de los días, del fuego los rescoldos, uno
tiempo
lo mismo.
miércoles, 8 de octubre de 2025
Albor
A veces, se despierta en medio de la madrugada,
le duele la espalda, no consigue volver a dormir.
En el piso de arriba, un anciano llora y se lamenta, salmodia
la pena por su mujer internada,
la mujer que nunca volverá a reconocerlo.
Si viviera más cerca del puerto, oiría,
amortiguando su persistente tinitus
el rumor de la ría charlando con los neutrinos,
los susurros de la vía láctea
envuelta en sus propios acúfenos,
el gemido lejano de algún ballenato desorientado.
El hombre ha callado. Otras veces
se oyen también los gemidos del perro que lo acompaña,
desazonado quizás por la tristeza del amigo
a quien algunos llaman su amo.
Ahora podría escuchar mejor los balidos de las nebulosas.
El crepitar del aire en sus oídos
el crepitar de sus oídos en el aire
remontándose hasta donde el cielo vuelve a ser azul
hasta donde el cielo deja de serlo
no lejos de las anémonas
no lejos de las manchas descafeinadas de su taza
bajo el runrún de la Osa
la cháchara despreocupada de la nube de Oort.
Quizá sí pueda volver a dormir.
viernes, 15 de agosto de 2025
Limen
No la entregará a su rabioso padre.
Ahogada en sudor, aprieta,
aprieta. No la traicionará. Jadeante
la noche pare el alba.
Con sus dientes ha roto el cordón umbilical.
Por eso en la claridad hay siempre restos de sangre
por eso la claridad anhela la sombra.
jueves, 3 de julio de 2025
Zozobra
Un gigante esta sentado ante tu casa.
Abres, para verlo mejor, la ventana.
No te mira.
No llora.
La bocanada de aire que exhalas
asciende pausada, se remonta
sobre las antenas, las nubes, el cielo
falsamente azul
hasta fusionarse, hasta perderse,
por las sendas del falso vacío
del bullicioso vacío.
El gigante sigue ahí, apoyado ahora sobre un brazo.
No te miras.
No lloras.
domingo, 23 de marzo de 2025
Derrotas y victorias
“¡Para que no haya más reyes ni tonterías!”
Nunca le había oído hablar sobre eso. Sobre aquellos años. Mamá me contó
que una vez a un compañero suyo, era teniente de artillería, le volaron la
cabeza y él se lanzó entre los proyectiles a recuperarla. No sé si lo logró.
Se casaron en el 40. Ella tenía 19 años. Él pasó por Francia, volvió a
España para buscarla, cruzó la frontera comiendo una cebolla con pan, estuvo
condenado. Ya fallecidos los dos mi hermano mayor me contó que una vez papá,
con voz falsa, voz de derrota, le contó que para reintegrarse como maestro tuvo
que hacerse de Falange: “Es como un socialismo con curas”, dice que le dijo.
Gracias al abuelo pudo conseguir un puesto en Guinea. Allí, aseguraba mi
madre, fueron felices.
Cuando volvimos, se le quedó un rostro triste. Un día llevé un disco de
Pete Seeger con canciones del frente, primero se emocionó, luego me dijo que lo
pusiera bajo. Otro día, ya enfermo, ya muerto el dictador, mi tía abuela,
franquista, comentó que total para qué hacer una guerra si nada cambiaba nunca,
gente baja y gente fina.
“¡Para que no haya más reyes ni tonterías!”
En las primeras elecciones tras su muerte acompañé a mamá a las urnas.
Cuando le pregunté por qué votaba a ese partido, me miró como si fuera tonto:
“Es lo que hubiera votado él”. Nunca cambió.