sábado, 28 de febrero de 2015

Truco





Sea el rumor airado de las voces, sea 
cada mañana el vértigo, se dijo, 
pero en la culpa hocicar demasiado no es bueno

así que pensó en otras cosas

pensó en un guerrero que prepara fuego para una cabeza
pensó en una ciudad ahíta de banshees y trasgos
pensó en ensalmos

pensó en extrañas formas de vida,
pensó en el cuarzo y en el óxido

pensó en si existía el mal
pensó en si el mal, acaso, habría llegado a lomos de cometa, 
somnoliento bajo el océano 
hasta que un dios indolente lo entregó a los hombres, 
decidió, aturdido, mejor sólo imaginar

imaginó una selva de cristal sobre la que había leído
imaginó una lágrima de obsidiana, un jaguar de obsidiana,
imaginó cervezas frías en bares cálidos
se le velaba la frente

imaginó el velo de Maya
imaginó los perros de la Morrigan

imaginó narvales emergiendo entre hielos árticos

imaginó filos de obsidiana

o quizá pensó que imaginaba.

Tramposo.



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