Do come to Dunsinane"
Macbeth
El exilio ha sosegado nuestro talante.
Descalzos abandonamos el día,
temerosos de pisar su limpio rostro.
"Partirás”, musitó la noche,
cuando el bosque y la ribera se confundan”.
Nadie supo
si las invasiones
al ritmo del oleaje acompasadas
silentes quimeras traerían, ávida gorgona
o cenicienta hueste.
El ojo y la sien desgracia latían.
Inconscientes,
ignorando a nuestra espalda los susurros
de las ménades por septiembre conjuradas,
tras las dunas leíamos efímeros sortilegios,
contemplábamos insomnes
la huella creciente del salitre sobre la arena.
Entre los robles,
sigiloso,
el presagiado enemigo danzaba con el viento.
Remoto dormita el estío.
Mecidos por la marea,
apenas si recordamos
aquellas sombras
que otoño
arruga en nuestras casas.