Yo, que como la muerte he sido expulsado del corazón de los hombres, como la muerte retorno a ellos bajo la piadosa forma de un augurio.
La muerte no es un verde dragón
arrojando fuego por sus fauces, ni tú
un caballero
empeñando el alma
por su dama y su dios.
Diáfanos los ojos,
el terror anega tu corazón.