Odiseo
Ayer sonrieron de nuevo, agazapadas al fondo del espejo. Mientras creen que duermo percibo sus débiles vahídos, sus garras rasgando el vidrio. Insomne, erizado el vello, continúo atado a la silla.
Produce lástima contemplar su desvarío.
Sufre. Y estamos hambrientas.
Sonreímos para animarlo. Decídete a cruzar, susurramos. Sé ecuánime. Libera tu alma, entrega tu alma, sácianos.